La fiscalidad del trabajo que asumen los empleadores en España es cinco puntos superior a la media europea. De las grandes economías, sólo Francia supera las cifras españolas.
No por llegar de forma sigilosa (en una comparecencia de tarde un supervisor fiscal en el Congreso de los Diputados) un castigo tributario es menos castigo. Las empresas españolas ya son de las que más peso asumen de toda la UE en cuanto al pago de cotizaciones sociales. Según las estadísticas de la Comisión Europea, los empleadores en España asumen 5,1 puntos más que la media de la UE en la fiscalidad del trabajo. Un estudio del Instituto de Estudios Económicos elevaba la diferencia en el pago de cotizaciones a 6,6 puntos.

La fuerte subida planteada ayer de las bases máximas de cotización, al igual que ocurrió con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), rebasa con creces el comportamiento de la economía -sumida en un momento de desaceleración- y la evolución de este parámetro mantenida en los últimos años. Tendrá un impacto en las decisiones empresariales y, en opinión de los expertos, puede detraer talento de las compañías. Las previsiones de ingresos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) supera los 1.000 millones, que en buena medida recaerán sobre los hombros del empleador. Las bases mínimas, por su parte, ya se incrementaban precisamente por el aumento del SMI en un 22%. Y a pesar de que se dijo que los autónomos no se verían afectados por esta medida, el aumento de cotización que a su vez plantea el Ministerio de Trabajo es del 12,5%.

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