La ley contempla una serie de gastos deducibles en la declaración de la renta para autónomos para los que no es necesario haber facturado.

Los trabajadores autónomos están obligados a presentar la declaración si han tenido rentas económicas vinculadas a la actividad empresarial y sujetas al IRPF siempre que sean superiores a 1.000 euros.

La facturación es importante para mejorar la gestión del negocio y ahorrar en impuestos. Aunque casi siempre es necesaria la factura para poder deducirse del IVA en la declaración de la renta, los autónomos pueden incluir como gasto deducible algunas partidas solo presentando el ticket o recibo.

Los típicos gastos que no llevan factura y son deducibles son: la cuota de autónomo, colegios profesionales, seguros y algunos gastos de los bancos, explica Declarando.es.

Estos gastos se deben de contabilizar como si no llevaran factura, es decir, sin deducir el IVA, que no se puede recuperar por lo que lo se suma al total del gasto, como si fuera todo base imponible.

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