En un entorno regulatorio cada vez más complejo, la figura del director de cumplimiento normativo o chief compliance officer se está haciendo un hueco en las empresas. Esta figura obligatoria vigila que se cumplan la legislación y los códigos internos.
La reforma del Código Penal, que entró en vigor el año pasado, y la introducción en la legislación de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, exige a todas las empresas, independientemente de su tamaño, implantar sistemas y políticas de prevención de comportamientos delictivos.
Para cumplir este objetivo, y vigilar el cumplimento de un entorno regulatorio cada vez más complejo, así como de las normas internas y códigos éticos y de conducta, se está haciendo un hueco en las compañías la figura del director de cumplimiento normativo o chief compliance officer (como se conoce en el mundo anglosajón).
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