La primera pata de la reforma de las pensiones acordada recientemente en el seno de la mesa de diálogo social recoge en uno de sus puntos fundamentales para la garantía de conservación del poder adquisitivo de pensionistas y jubilados que la revalorización anual de las pagas se realice conforme al avance de la inflación. Sin embargo una modificación en el mecanismo para la subida hará que se ponga fin el próximo año a la conocida como paguilla compensatoria, que es un abono que se realiza a año vencido a todos los pensionistas en el caso en que la revalorización efectuada a principios del año en base a la previsión de IPC sufra una desviación, en caso de que al final del ejercicio la inflación sea mayor que la subida. Ese abono, se suele hacer en el mes de febrero del año siguiente -observando el IPC correspondiente al mes de noviembre- y la de 2022 será la última de la historia de nuestro país, una vez entre en vigor la nueva norma.

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