No es lo mismo investigar que innovar. Tampoco fiscalmente. Si uno inventa por ejemplo el teléfono, está investigando, haciendo I+D, y tiene derecho a desgravarse en el impuesto de sociedades el primer año hasta el 42% del dinero invertido en el esfuerzo. Si uno en cambio está incorporando al teléfono un altavoz ya inventado, está ejercitando la i minúscula de la I+D+i, la de la innovación, y eso solo desgrava un 12%. Es una importante diferencia económica y la raíz del problema que muchas empresas con proyectos de investigación se están encontrando en su relación con Hacienda.
La Agencia Tributaria ha emprendido una oleada de comprobaciones para asegurarse de que la i minúscula no se hace pasar por I mayúscula, hasta el punto de convertir esta distinción en una de las actuaciones estrella de su nuevo plan de inspecciones. Tiene el ojo puesto en el software, donde es más difícil precisar si uno está inventando o innovando.
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