El Gobierno baraja alternativas para incrementar de forma inmediata la recaudación fiscal en caso de que los ingresos tributarios prolonguen su caída. La cosecha de impuestos durante los primeros cuatro meses del año se ha reducido cerca de un 10,3% respecto al mismo periodo de 2015 y compromete la consecución del objetivo de déficit. Pero el Ejecutivo avisó en el Programa de Estabilidad 2016-2019 que remitió a Bruselas, de que recuperaría los pagos fraccionados del impuesto de sociedades para reanimar la recaudación.

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La preocupación cundió en el Ejecutivo en funciones del PP cuando conoció las cifras de recaudación fiscal correspondientes al primer cuatrimestre del año. Estaban en plena negociación con Bruselas para fijar el nuevo objetivo de déficit público y las cifras de ingresos tributarios del arranque de año no eran suficientes para reducir la brecha presupuestaria.

Desde el Ministerio de Hacienda explicaron los motivos del desplome de la recaudación, que se reduce un 10,3% hasta abril en términos homogéneos —eliminados los efectos del calendario sobre los diferentes ritmos de devoluciones y retenciones de los impuestos—. Argumentaron que se debe a la reforma fiscal, que junto con la rebaja del IRPF, incluía una reducción de los tipos del impuesto de sociedades hasta el 25% a partir de 2016. Además, se eliminaban las medidas transitorias de 2012 que afectaban a los pagos fraccionado del impuesto que grava el beneficio de las empresas.

La supresión de estos anticipos a cuenta de la liquidación definitiva del impuesto sobre sociedades ha provocado una caída de la recaudación de este impuesto del 48%.
Aunque desde Hacienda achacan casi toda la pérdida recaudatoria a este efecto, lo cierto es que los ingresos homogéneos del IRPF también se reducen un 2,1%, y los impuestos especiales caen un 5,1%. Durante los cuatro primeros meses del año solo crece la cosecha del IVA y lo hace menos de la mitad que el año pasado.

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