El objetivo de que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) equivalga al 60% del sueldo promedio en España, en el cierre de la presente legislatura, se le va ya de las manos al Gobierno central en la mayor parte de las comunidades autónomas, con el grave perjuicio que el rebasamiento de ese tope tendrá para gran parte del tejido empresarial.

El propósito, ya prácticamente asegurado por el Ejecutivo, de volver a subir de modo inminente el SMI, hasta 14.000 euros anuales en 2022 (distribuidos en 14 pagas de 1.000 euros mensuales), hará que esa retribución supere el salario medio ya en diez autonomías. Pero ahí no se acabarán los incrementos. El presidente Pedro Sánchez reiteró recientemente su compromiso de que el SMI vuelva a subir en menos de un año lo que, según los cálculos de sus expertos, lo situaría en el entorno de los 1.049 euros brutos mensuales y eso implicará que sean doce los territorios en los que el nuevo salario mínimo rebase el sueldo promedio.

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