Las nóminas de médicos, oficiales industriales, altos funcionarios o bancarios, entre otros, están en el punto de mira de la nueva reforma de pensiones. O más bien las empresas (y el Estado) que las pagan. Estos días los gestores han sacado la calculadora para actualizar sus números y saber qué sobrecoste les supondrá la nueva norma recién aprobada por el Gobierno. Y es que la subida de bases máximas y el recargo para los salarios más altos con las que el ministro José Luis Escrivá pretende llenar la hucha de las pensiones tendrán un efecto especialmente focalizado en determinados sectores y perfiles, de cargos intermedios para arriba, según coinciden en señalar las diferentes fuentes consultadas para este reportaje.
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