La Comisión Europea ha propuesto hoy un permiso parental de cuatro meses remunerados, tanto para el padre como para la madre. La normativa europea actual contempla ese permiso pero sin obligación de remunerarlo, lo que hace que muchos cónyuges, sobre todo los padres, renuncien a solicitarlo.

La propuesta suprime, además, la posibilidad de transferir tres meses de un cónyuge a otro, por considerar que perjudica a las madres, cuyas bajas maternales se prolongan aún más, en detrimento, muchas veces, de su carrera profesional

La nueva norma también establecerá como obligatorio un permiso de 10 días hábiles remunerados para los padres, que deben tomarse en torno a la fecha del nacimiento del hijo.

Los trabajadores con hijos menores de 12 años podrán solicitar, además, horario y codiciones laborales flexibles y no podrán ser discriminados o despedidos por ese motivo.

El proyecto legislativo también establece el derecho a cinco días libres y remunerados por año para los trabajadores con una persona a su cargo seriamente enferma o dependiente.

La normativa requiere ahora el visto bueno del consejo de Ministros de la UE y del Parlamento Europeo. Una tramitación que se anuncia tormentosa a la vista de las primeras reacciones. La mayoría de los grupos parlamentarios consideran insuficientes las propuestas mientras que las empresas las consideran inviables.

La iniciativa ha puesto en pie de guerra a las patronales europeas, que acusan a Bruselas de «socavar la competitividad» de las empresas y de romper la «paz social» que en materia de derechos parentales se había logrado con los sindicatos.

La Confederación Europea de Sindicatos, sin embargo, «apoya con vigor» la propuesta de la CE y advierte de que, a su juicio, «tal vez sea la última oportunidad para la UE de crear una Europa más social».

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