La Comisión Europea presentó este miércoles su evaluación sobre la situación de las economías de los Estados miembros, y España quedó bastante mal tras el examen comunitario. No solo por la foto fija de nuestro país, sino por el impacto a largo plazo de algunas medidas anunciadas por el Gobierno. Bruselas concluye que nuestro país continúa entre la decena de países con desequilibrios, sin haber realizado ningún progreso en lo relativo al refuerzo del marco fiscal o la sostenibilidad de las pensiones.
En su detallado análisis, de 115 páginas, el Ejecutivo comunitario sobre todo alerta del impacto de la indexación de las pensiones y las modificaciones que el Ejecutivo de coalición quiere introducir a la reforma laboral. Bruselas advierte de que, con una deuda que prevé que continúe en el 96% del PIB el año que viene, los riesgos para la sostenibilidad fiscal siguen siendo «significativos a medio y largo plazo».
«En particular, los planes de volver a vincular permanentemente las pensiones al índice de precios al consumidor (IPC) y disociar los niveles de pensión inicial de los cambios en la esperanza de vida, en ausencia de medidas compensatorias adecuadas, aumentaría el gasto en pensiones significativamente a medio y largo plazo y empeoraría la equidad intergeneracional», dice el informe.
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