Los más de 950.000 ciudadanos que actualmente cobran una pensión de incapacidad permanente han pasado por un trámite tan importante como rodeado de mitos: el de acudir a un tribunal médico para evaluar esa posible incapacidad de cara a tener derecho a una pensión.

La figura del tribunal médico siempre se ha tenido en cuenta como la de un ente compuesto por varias personas que a menudo se ven como el enemigo, pero nada más lejos de la realidad: sus miembros solo cumplen con la labor de determinar si la enfermedad o dolencia que afecta al trabajador le influye (y en qué grado) a su vida laboral y a su vida cotidiana, y con eso mandar una recomendación a la Seguridad Social.

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