En los últimos años, la figura del creador de contenido ha ganado una relevancia notable en el ámbito digital. Desde youtubers y streamers hasta influencers en redes sociales, estos profesionales generan ingresos a través de diversas plataformas digitales. Sin embargo, esta emergente forma de trabajar ha traído consigo una serie de desafíos fiscales que han generado un considerable debate.
Uno de los principales puntos de controversia es cómo deben tributar los ingresos que estos creadores obtienen a través de propinas, donaciones y otras formas de gratificación online. La creciente popularidad de las plataformas de transmisión en directo y las redes sociales ha llevado a miles de personas a monetizar su contenido, pero la falta de una regulación clara y uniforme sobre estos ingresos ha creado un vacío legal que muchos no saben cómo gestionar.
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