Mantener una sociedad inactiva puede ser útil, si se desea dejar el negocio en stand by, por motivos de mercado. Sin embargo, no tener actividad no exime de una serie de cumplimientos legales, que muchas sociedades se saltan. Bien por desconocimiento, o por posibles irregularidades y casos de fraude que Hacienda vigila.

En ocasiones las sociedades dejan de realizar su actividad normal y los administradores deciden, en lugar de darlas de baja, mantenerlas y evitar de esta manera todos los trámites que conlleva su disolución.

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