Apenas llevamos tres meses de 2018 y los cambios en autónomos no han dejado de sucederse. El 1 de enero entraron en vigor nuevas medidas de la reciente Ley de Autónomos, que afectan a la cuota que paga un nuevo autónomo y a la deducibilidad de ciertos gastos.
El día 1 de marzo, derivado de esa misma Ley, entran en vigor otra serie de medidas relacionadas con los derechos de maternidad y paternidad en profesionales por cuenta propia. El viernes pasado entró en vigor la nueva Ley de Contratos Públicos, con la que se pretende favorecer el acceso a licitaciones por parte de pequeñas empresas y autónomos. También a primeros de este mes, se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una orden que obliga a los autónomos a darse de alta de forma obligatoria en el Sistema RED.
Todo en sólo tres meses. Afirmar que 2018 es el año de los cambios en autónomos está más que justificado. Porque, además, esto es sólo el principio. En el Congreso, una subcomisión de Empleo estudia reformas profundas en el Régimen de Autónomos, cuyas conclusiones están programadas para septiembre. Por último, la aprobación o no de los Presupuestos Generales del Estado, llevaría consigo una posible modificación de la cuota que pagan mensualmente los autónomos.
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