Un empresario puede llevar a cabo un despido disciplinario si un trabajador realiza cualquier conducta fuera del horario laboral en contra de los intereses de la propia compañía.
Robar varios productos de alimentación en otro supermercado de la misma cadena es considerado por el Tribunal Supremo, en sentencia de septiembre de 2017, un despido procedente por cometer una falta laboral muy grave, consistente en la transgresión de la buena fe contractual.
La sentencia avala la potestad sancionadora de un empresario cuando «el trabajador comete una ilegalidad fuera de su jornada de trabajo, y lo hace precisamente contra intereses de su propia empresa, de manera voluntaria y deliberada, siendo plenamente consciente de que está causando un perjuicio a su empleadora».
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