Las cúpulas de los sindicatos CC OO y UGT han enviado esta mañana una carta a las patronales CEOE-Cepyme con una nueva propuesta de subida salarial para este año. Las centrales mantienen, de momento, inamovible su oferta para que los salarios suban entre el 1,8% y el 3%, lo que les mantienen alejados de la propuesta empresarial, que defiende subidas entre el 1% y el 2% y un 0,5% más ligado a la productividad.
La novedad es que CC OO y UGT piden ahora formalmente también «que se active una cláusula de garantía salarial por la diferencia entre el IPC de 2017 y el incremento inicialmente pactado». Estas cláusulas protegen a los asalariados de pérdidas de poder adquisitivo ante un repunte inflacionista como el que está registrándose en la primera mitad del año.
De hecho, el úlitmo dato indica un avance interanual de los precios del 2,6% interanual en abril, mientras que el incremento medio pactado por los 4,1 millones de trabajadores que ya han firmado sus convenios colectivos para este año es del 1,27%.
No obstante, CC OO y UGT admiten a modo de concesión que los incrementos salariales pactados en convenio “tengan en cuenta la evolución de las empresas y particularmente la productividad, para no agotarla”.
Con esta nueva oferta sindical se mantienen abiertas de manera notable las diferencias entre lo que ofrecen los empresarios y lo que piden los representantes de los trabajadores. Además de no haber modificado los rangos salariales, CC OO y UGT sitúan ahora como imprescindible estas cláusulas que son rechazadas de plano por los empresarios. Fuentes patronales insisten en que es «muy difícil por no decir imposible» que CEOE y Cepyme acepten cualquier referencia a estas cláusulas y, por tanto, esta exigencia sindical dificulta el pacto.
La negociación que viene
Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación aseguran que habría margen para modificar estas posturas si ambas partes se sentaran a negociar. De hecho, el techo máximo de la oferta salarial podría acercarse al 2,5% al que están dispuestos los empresarios, pero la lucha se centrará en la parte baja de estas alzas, que las patronales sitúan en el 1% y los sindicatos más próximos a la previsión de inflación (1,6% es el deflactor del PIB con el que se han elaborado los Presupuestos Generales del Estado).
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