La no deflactación de la tarifa del IRPF, o lo que es lo mismo, que no se ha tenido en cuenta el registro de la inflación de 2021 a la hora de elaborar los distintos elementos que componen este impuesto, va a tener también una serie de efectos tanto en el tipo de declaración que se realice, e incluso en el sexo del declarante, lo que no hace más que diferenciar dos realidades socioeconómicas.
La no adaptación de los distintos elementos del impuesto a la inflación, a nivel global supone una subida de la fiscalidad en frío de 4.110 millones de euros, lo que supone un incremento medio de 199 euros por declarante.
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