La patronal muestra claros síntomas de saturación en lo que a los determinantes de la negociación del diálogo social planteados por el Gobierno se refiere. Tras una primera batalla infructuosa para la reforma de las prestaciones asistenciales por desempleo -que acabó resultando en un acuerdo bipartito- llegó el espejismo del pacto multilateral para la incorporación de los planes LGTBI en las empresas pero en la nueva ronda de consultas para tratar de aterrizar unos consensos mínimos sobre la reducción del tiempo de trabajo parece que será altamente complicado repetir esa última rúbrica por parte de todos los agentes sociales.

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