El Gobierno ha corregido el fallo técnico que provocaba que los perceptores del nuevo salario mínimo interprofesional (SMI), situado desde 2025 en los 16.576 euros anuales, tuvieran que tributar una parte de la subida en el IRPF. La fórmula escogida por el Ejecutivo ha sido la creación de una deducción de 340 euros que se aplica, sin distinguir entre el tramo estatal y el autonómico, a todos los contribuyentes con rendimientos del trabajo iguales o inferiores al nuevo suelo retributivo. Ello les permite recuperar al año siguiente, cuando se presenta la declaración de la renta, el mismo importe que previamente habían tributado en forma de retenciones. Pero hay más. El Ministerio de Hacienda también ha aprovechado para suavizar el IRPF en los tramos de renta inmediatamente superiores para limitar el golpe que provoca la anomalía del diseño del impuesto, que hacía que aquellos contribuyentes que se sitúan algo por encima del SMI tributaran a un tipo marginal superior al 90%. Con la reforma, el gravamen aplicado cae al entorno del 65%.
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