Tras una excedencia voluntaria, la trabajadora comunicó a la empresa su intención de reincorporarse. Puesto que el centro de trabajo donde prestaba servicios antes de la excedencia se había cerrado, la empresa le propuso ocupar una vacante de su mismo rango en un centro de trabajo situado en otra localidad. La trabajadora rechazó la incorporación en las localidades propuestas por la empresa puesto que su aceptación le suponía un cambio de residencia. La empresa dio entonces por resuelto su contrato laboral.
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