La administración tributaria ha venido regularizando la situación tributaria de determinados contribuyentes alegando que, como no obtenían suficientes ingresos o como, en los últimos ejercicios generaban pérdidas, no existía actividad económica a efectos fiscales.
El efecto inmediato de dicha regularización es que, el contribuyente no podrá compensar tales pérdidas con otros ingresos que hubiera podido generar en el mismo ejercicio o en el futuro y en consecuencia, se incrementará su factura fiscal, dicho incremento irá acompañado de los correspondientes intereses de demora y de la, casi siempre automática, sanción.
Leer la noticia completa – click aquí