Las empresas tienen que establecer normas generales para regular el reparto de los días, pero deben ofrecer flexibilidad para adaptarse a las necesidades de sus empleados.
La llegada de los meses de verano es sinónimo de vacaciones para la mayoría de empresas españolas. Pero en algunas compañías el reparto de estos días libres provoca enfrentamientos entre los compañeros y caos en la organización debido a la ausencia de una parte importante de la plantilla. En muchos casos, estos problemas están provocados por estructuras que siguen viejas rutinas, poco eficaces y sin flexibilidad para adaptarse a los casos individuales.
«Muchas empresas se obsesionan con mantener sus procesos productivos durante este periodo e infravaloran la importancia que las vacaciones tienen en los índices de satisfacción del personal, especialmente entre las nuevas generaciones», afirma Luis Goyares, director de People Excellence. Para satisfacer ambas necesidades, las empresas deben adoptar unos sistemas en los que establezcan los estándares básicos de funcionamiento, pero que se ajusten a las características de cada departamento y a las preferencias de sus empleados.
Leer la noticia completa – click aquí