Las empresas apuran estos días el cierre de la ejecución de las cuentas de este ejercicio y el diseño del presupuesto para 2018, en el que, sin duda, la partida del coste laboral será una de las más importantes. Las previsiones en términos generales son buenas, ya que son una minoría las sociedades que calculan que tendrán que reducir su plantilla a corto o medio plazo. El resto estima que sus costes laborales, entendiendo como tales no solo los salarios, sino también el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social y toda clase de pagos dinerarios o en especie a sus trabajadores, se elevará en torno al 2% en 2018.
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