España tiene un problema con su economía sumergida, no sólo por la envergadura que ha alcanzado (equivalente al 20-25% del PIB), sino también por su falta de eficiencia a la hora de recuperar para las arcas públicas la pequeña parte de ese dinero en B al que Hacienda logra detectar.
De acuerdo con un informe del Tribunal de Cuentas conocido ayer, por cada seis euros que la Agencia Tributaria considera que han sido defraudados, casi cinco (es decir, el 83%) quedan pendientes de cobro por distintas razones.
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