Las últimas sanciones impuestas por la Agencia Tributaria contra algunas multinacionales revelan la dimensión de uno de los agujeros por donde se escapa la recaudación del impuesto de sociedades. Las multinacionales trataron de deducirse de la base imponible hasta 1.700 millones de euros en gastos financieros supuestamente ficticios en 2012, lo que habría rebajado mucho sus impuestos. En los últimos dos años, Hacienda ha estrechado el cerco sobre estas prácticas fraudulentas.
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