La mayoría de los delitos económicos se cometen a través de sociedades. De ahí que ser capaz de detectar irregularidades en las cuentas de las empresas sea una tarea crucial a la hora de identificar fraudes. Más en tiempos de crisis, en los que se puede caer en la tentación de maquillar los datos financieros con diversos fines como, por ejemplo, evitar responsabilizarse de impagos o eludir el abono de dividendos a los socios. Se trata de un tipo de actuaciones más frecuentes de lo que pueda parecer y que conlleva consecuencias para un amplio abanico de afectados, desde los proveedores hasta los propios socios de la compañía o los empleados.

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