Las empresas deben cerciorarse de que sus trabajadores han sido advertidos previamente de que sus jefes van a monitorizar sus cuentas de correo electrónico corporativo, de acuerdo con una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo.
Este tribunal ha emitido un fallo en relación con un trabajador rumano despedido hace 10 años por usar su cuenta de correo del trabajo para comunicarse con sus familiares. Para el tribunal de Estrasburgo, la Justicia rumana no protegió adecuadamente el derecho de Bogdan Barbulescu a la privacidad en sus comunicaciones epistolares, puesto que la empresa no le había advertido previamente de que estaban controlando sus correos electrónicos.
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