Regular la ‘desconexión digital’ o salir antes de la oficina… Son cuestiones menores si se comparan con la llegada de nuevos modelos de trabajo que exigen otro tipo de organizaciones y una flexibilidad distinta.
Lo de menos podría ser que nuestra compañía -obligada incluso por alguna norma- nos permitiera salir del trabajo a las 18 horas, o que impidiera que tuviéramos que contestar correos electrónicos y llamadas fuera del horario laboral.

El panorama profesional que se avecina, con nuevos modelos de actividad y dedicación, implica retos mucho más complicados de resolver. Y estos debates sobre salir más temprano o contestar llamadas y emails se quedan pequeños frente al hecho de que los profesionales cambiarán mucho más a menudo de carrera y de empleador; de que incluso algunos trabajarán para varias compañías (y para varios jefes) desarrollando proyectos específicos…

Leer la noticia completa – click aquí