Un empresario puede llevar a cabo un despido disciplinario si un trabajador realiza cualquier conducta fuera del horario laboral en contra de los intereses de la propia compañía.

Un mozo de lavado fue despedido tras descubrir que había mentido al explicar un accidente que sufrió en su trabajo. El incidente tuvo lugar mientras iba sentado en las horquillas de una carretilla elevadora para ir a los vestuarios sin conocimiento de sus superiores y fuera de la jornada de trabajo. «El actor se entretenía en rozar a modo de juego una de sus botas de seguridad contra el suelo y ése fue el motivo de su caída bajo las ruedas», explica la sentencia de febrero de 2009 del TSJ de Madrid, que determinó el despido como procedente por falta muy grave por incumplimiento del convenio colectivo y el Estatuto de los Trabajadores.

Leer la noticia completa – click aquí