La existencia de un tope máximo de cotización hace que la nueva medida que grava los pagos en especie incida más en los trabajadores de sueldos medios y bajos que en los de salarios más altos. Ello se debe a que a partir del tope de 43.164 euros brutos de sueldo al año, cualquier retribución adicional no deriva en incrementos de la cuota. Cotizar pagos en especie: ¿otro palo al trabajador?
Así, ante una retribución en especie del mismo importe -por ejemplo, unos cheques restaurante- un trabajador con un suelo inferior a 43.164 euros brutos cotizará en su integridad por la percepción, mientras que un trabajador cuyo salario rebase esa cantidad no devengará pagos adicionales en su cotización, porque ya contribuye con el tope máximo.