Todas las indemnizaciones por despido que perciben los trabajadores pasarán a tributar en el IRPF de acuerdo a la reforma fiscal que el Gobierno prevé aprobar este viernes. El Ministerio de Hacienda, no obstante, plantea que se establezca un mínimo exento para estas indemnizaciones en el entorno de 2.000 euros por año trabajado. Todo lo que exceda de esta cantidad por año tributará en el nuevo impuesto sobre la renta, según fuentes conocedoras del anteproyecto de ley.

Esta medida, que afecta al bolsillo de trabajadores despedidos, quizás sea la más impopular de las que incluirá este viernes el Consejo el Gobierno en una reforma que, por lo demás, pretende ser amable para la mayor parte de los contribuyentes, también para las rentas más altas, pensando en las elecciones autonómicas, locales y estatal del 2015.

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