Entre 2012 y 2013, gracias a las fuertes subidas impositivas, sobre todo en el IRPF y el IVA, los ingresos totales del Estado se incrementaron en 1,6 puntos porcentuales de PIB, hasta situarse en el 37,8% a finales del pasado año. Ese avance, con ser muy tibio y situarnos aún a la cola de Europa en cuanto a recaudación fiscal, se parará en 2016 y 2017, según las proyecciones presupuestarias del Gobierno para esos años.
En detalle: el Ejecutivo de Mariano Rajoy apenas contempla un aumento de los ingresos fiscales de 0,1 puntos porcentuales de Producto Interior Bruto (PIB) para 2016 y 2017, es decir, un nimio incremento de alrededor de 1.000 millones extras -sobre el año precedente- en cada uno de esos ejercicios.
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