La reforma fiscal acabará con la discriminación que sufren los no residentes en el impuesto sobre sucesiones y donaciones. Así figura en una enmienda presentada por el PP en el Congreso. El cambio normativo propuesto y que tiene el visto bueno de Hacienda recoge la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que dictaminó que la legislación española era contraria a la normativa comunitaria. El impuesto sobre sucesiones y donaciones es un tributo sobre el que las comunidades tienen amplia competencia y han establecido bonificaciones y deducciones. Sin embargo, cuando el contribuyente es un no residente, su factura fiscal es superior porque aplica la legislación estatal, que cuenta con menos beneficios tributarios. Para Bruselas, esta discriminación no tiene justificación y, por lo tanto, ordena que los no residentes apliquen la legislación de la comunidad autónoma correspondiente. Es decir, si un alemán hereda una vivienda en Baleares tributará como lo hacen los residentes en esa autonomía. La medida también beneficia a aquellos contribuyentes residentes que, por ejemplo, heredan un bien situado en el extranjero.
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